lunes, marzo 22, 2010

El museo de la nada [extractos]

Adolphe-William Bouguereau


René RODAS

Gato de callejón

La sigilosa cadencia del silencio: eso soy.
El ojo fijo que las ventanas miopes acogen
para mirarte mejor.
Amo los árboles, los sillones mullidos.
Los perros me resultan indiferentes:
son un espejismo de los hombres.
Disfruto de un regazo, una caricia.
Más disfruto de la libertad, esa intemperie.
Por ver, me gusta ver cuanto bulle
en medio de la quietud que traen los inviernos.
La luz me aguarda en los rincones,
ilusionada y limpia como una amante.
Por el museo que custodio ha pasado la guerra
con su carga de muertos y su carroza de héroes.
He estado despierto
durante los falsos amaneceres de septiembre.
He sobrevivido al huracán congelado
de una tempestad de hielo.
He caminado por callejones mugrientos.
Por amplias salas
e impersonales habitaciones de hoteles
más estrellados que el cielo.
Por embalsamados salones de poder y riqueza.
He visto a la bestia humana,
rústica e irremediable,
aterida en su alma de empecinado labriego
que sólo cree y ama lo que rinde su parcela.
Alguna alimaña ofuscada ha conocido mi risa.

Naufragio en el asfalto

Las crines del sol evaden el calabozo de las ramas.
Por velas un traperío de limpieza puesto a secar.
Por mástil un rollo de alfombra roñosa contra la verja.
Por cubierta cajas y cajas de libros ilegibles de nieve,
hinchados de lluvia, marchitos de otoño, de orfandad.

Pauline

Bella y dipsómana en su glamorosa corte imaginaria
habitada por amantes orientales, serviciales, silenciosos,
donde el tiempo no la humilla y el tendero de la esquina
no la manosea a cambio de verduras pasadas.

Esoterismo urbano

La sacerdotisa del ácido ofició anoche y ahora fuma
su canuto mañanero en las escaleras de emergencia.
Intenta descifrar el oráculo que a sus pies dejaron
los albañiles: un desguace de maderas, cascotes, fierros,
en la inminencia de revelar no se sabe qué misterio.

El despechado

Chico borracho aferrado a la noche
por el tubo cromado del mingitorio.
Sudada la camisa de seda, se pega a su cuerpo.
Babosos y alterados los labios, corrida la mascarilla.
“Los hombres son una mierda”, chilla sin consuelo.

El mantecoso

Trescientas veintiocho libras rollizas mal empacadas
en un metro ochenta de estatura. Un gorro de pescador.
Candorosos ojos de perdiz. Bigotito Hércules Poirot.
Huele a caballo muerto y a talco para niños.

RSVP

Los muertos recientes conservan algunos hábitos sociales.
En la funeraria debes sacar cita para visitarlos de 4 a 5.

Betelgeuse, la estrella moribunda

Capas sobrepuestas de mugre y maquillaje
la retienen dentro del ajado pellejo.
Hierática en mitad de la vereda
bajo la diabla cenital del sol.
Se cubre con una desastrada sombrilla de raso.
Lánguidas pestañas de jirafa sombrean sus cuarteados pómulos.
Ojeras conseguidas con hambre y crayola verde derretida.
Harapos de algún vodevil de los años veinte.
Los pezones le cuelgan entre los jirones de tela
sobre el sucio y lapidado costillar.

Tempestad en mil islas (vallejeana)

El sol arma su tenducho de fuegos de artificio
en un horizonte inalcanzable desde estas islas.

Teoría de los parques

«A los parques los trae de Londres la cigüeña. Por eso nos seducen con su vocación de juguete y melancolía».

Kant y la jorobada Andrea

El joven Emmanuel atraviesa la Alexanderplatz
y todo el mundo sabe que es el minuto exacto
en que la jorobada Andrea mete la mano
en el cubo de basura de la cafetería
de Ciencias y Artes Liberales.
Doce veces de preciso y cortante cuarzo al día.
De lunes a sábado.
¿Cómo hará el tiempo para no extraviarse
cuando llega el domingo?

Pequeñas herejías afterhours

I. SOLEMNE DECLARACIÓN

«Ante tanta quiebra colosal, ante los fraudes astronómicos a pensionistas confiados, ante la evidencia de numerosas fortunas hechas sobre prácticas especulativas irresponsables, no queda más remedio que aceptarlo: el capitalismo es el peor enemigo del capitalismo».

II. WARNING

“Los mortales del común” hemos determinado que el American dream tiene el nocivo efecto secundario de causar pesadillas en la vigilia del resto del mundo.

III. TEOLOGÍA DE LA ESPECULACIÓN

«Dios no juega a los dados. Apuesta en la NYSE».

«La bolsa de valores es el casino de los ricos. La lotería es el impuesto de los pobres».

IV. PUBLICIDAD EN UNA GASOLINERA

«Ponga un iraquí en su tanque».

V. EL JUEGO DEL TRILE

«La garra invisible del mercado es más rápida que la mano visible de la ciudadanía. ¿Dónde quedó la quimérica bolita de la democracia?»

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